Él me quita la respiración

Ya no lo quería a mi lado...

Siento una presión en el pecho cuando te veo y me quedo sin aire, me duele tanto verte, pero no puedo decir nada, Jo lo busca, es su amigo, su confidente, no puedo privarla de eso, pero por qué aquí, por qué cuando yo estoy, y él la trae para que yo la vea y sepa que no me quiere más, lo sé, no tienes porque restregármela en la cara, son de equipos contrarios, es una intrusa en este grupo de chicos que vi crecer.

Ayer fue la despedida de temporada de su deporte, todos vinieron a casa y tanto las chicas como los chicos son muy bellos. Antes de que llegara Sam, estaba hablando con Luca, uno de los niños que he querido desde que Jo entró en ese deporte. Es dulce y muy divertido, es mi amigo y siempre nos reímos de bobadas, no hay mal entendidos, hasta que llegaste tú, tomado de su mano, como si nunca hubiera pasado nada, como si tu calor nunca me hubiera abrazado, como si fuéramos dos desconocidos. Y tienes el descaro de decirme: la conoces?…. Te presento a Antonia.

Es amiga de Jo la he visto como 1.000 veces aunque nunca he hablado con ella, por qué debes hacerlo, te hace feliz que me empalidezca y me sienta como una basura. Respondo sobriamente que no, y ella me da un beso en la mejilla para saludarme, y dice que es bueno hablar conmigo ya que nunca lo había hecho. Todos se alejan de mí, Luca se va a hacer alguna estupidez como siempre que se reúnen, un montón de muchachos y chicas marimachas y bonitas.

Antonia se sienta a mi lado y me dice, espero que no haya resentimientos, sé lo de Sam y tú, y aunque él me lo ha dejado en claro, quisiera que lo confirmaras para que me sienta tranquila. No más sentimiento no?… Miro a Luca beber de una botella gigante de cerveza que nunca había visto, se detiene, me mira y me sonríe. Yo le respondo a la bella muchacha, con ganas de salir corriendo y llorando, no, no hay sentimientos, puedes estar tranquila.

Le pido disculpas y me retiro. Voy a mi cuarto y lloro, y le pregunto a Dios cuánto falta para que me quite este dolor de mi corazón ya que no me lo puedo quitar. En eso me quedo dormida, y cuando abro los ojos Luca me mira de cerca como a punto de darme un beso, me despierto sobresaltada y le pegunto qué ha pasado, él con su sonrisa infantil me dice que siempre había querido darme un beso, pero que odiaba la idea de que pensara en Sam cuando me lo robara y ya que estaba dormida las probabilidades de que eso pasara disminuían, se ríe y dice que será en otra oportunidad, me abraza y me dice que todo estará bien, que el dolor se convertirá en experiencia y que él me esperará.

Lo abrazo y le doy un beso, no sé por qué, sólo lo hice, no pensé, se sintió tan bien, tan correcto, me llenó de felicidad hasta que Sam abre la puerta y no dice nada, me siento juzgada, invadida y sucia, se acaba la felicidad y Luca me besa la frente y dice… ustedes dos tienen que hablar. Al salir logro escuchar que Luca le dice que se cansó y que no permitirá que yo sufra más, sale un suspiro de mí, recordando ese beso que debió durar más y Sam se sienta a mi lado y dice algo como:

-Hasta cuándo vas a sufrir por mí y por lo que ya no existe.

Si me hubieran arrancado el corazón y lo hubiese pisoteado literalmente no hubiese dolido tanto como ese momento.

-No lo sé, no crees que lucho a cada momento para que eso pase, pero no he podido, eres un estúpido, sabes que conozco Antonia, es amiga de Jo.

-Me pareció lo más apropiado.

-¿Apropiado?, has recibido muchos golpes en la cabeza o qué?, verme sufrir te parece lo mejor- de pronto mientras grito y lloro se me lanza y me besa.

Me dio tanta rabia que no pueden imaginarse, ya no era lo de antes, ya no lo quería a mi lado, por lo que mordí sus labios hasta que sangró, me empujó y me dijo que era una salvaje, le dije que se alejara de mí y que no me volviera a hablar que si me veía me ignorara, pues yo iba a hacer lo mismo.

Y ahí nos empezamos a olvidar.

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