Me dicen mi amor, mi vida, mi cielo (parte 1)

Ni dos veces lo pensé para decirle que me pusiera una canción, la conversación fue poca pero el juraba que tenía una maravillosa voz...

Ni siquiera sé cómo catalogar esto.

Todo empezó con un “Hola bienvenida yo me llamo…pero nadie me dice así” – “¿ah sí? ¿Y cómo le dicen?” – “pues me dicen mi amor, mi vida, mi cielo”. Todos reímos en la oficina y desde ese día, algunos saludos esporádicos en el trabajo. En realidad ya entiendo porque dicen que no debes mezclar trabajo y amor, todo es caótico.

Después de unas semanas se llegan los festejos navideños, ya saben posadas y todas esas cosas, y precisamente llevo su equipo musical para que todos cantáramos y ambientáramos la celebración. No poseo una voz melodiosa pero me gusta mucho cantar, así que no dude, ni dos veces lo pensé para decirle que me pusiera una canción, la conversación fue poca pero el juraba que tenía una maravillosa voz y que necesitaba cantar conmigo. Cantamos una canción o dos y me fui, sin saber que una semana después estaría comiendo, literal, de su plato.

Siguieron las fiestas de diciembre y nos volvimos a ver en la fiesta grande organizada para todos, comimos, hablamos, reímos, me pidió como contactarme y por alguna razón le di mi todo con lo que podía encontrarme. En ese momento yo estaba terminando una relación larga y no tan mala, pero no destinada a continuar. Tal vez todo fue debilidad. Quiero creer que todo fue debilidad y vulnerabilidad que me hizo creer todo esto que todavía me hace sentir.

De las fiestas de diciembre él se fue a la capital a pasar las fiestas con su familia. Yo no gane nada en la rifa que se hace así que el prometió que me iba a comprar algo en su viaje al cual yo no me negué. Paso todo diciembre y parte de enero antes de volvernos a incorporar al trabajo y vernos de nuevo, para ese entonces trataba de hacer funcionar mí ya muy gastada relación y decidí ignorarlo. Hasta que un día le mande un ambos. La conversación fue corta y preferí enfatizarlo con un post sencillo que decía algo así como: “alguien me debe algo…” de ahí una serie de respuestas como el por qué lo ignoraba y de ese día en adelante los 6 meses siguientes fueron un torbellino de emoción.

Empezamos a hablar por ambos me invitaba a salir pero yo no me atrevía por el simple hecho de que todavía tenía una relación, un día por fin accedí a ir con él al cine y un poco fría y distante vimos película, después fuimos a cenar, platicar, ya saben lo típico música, gustos, estilos de vida. Tenía que comprar algo en la papelería obviamente todo estaba cerrado, pero a como pudimos encontramos lo que necesitaba, me da un abrazo, le digo gracias y él me dice “¿ya estas feliz?” a lo que sin pensarlo le respondí “¡más feliz!” agradecí por la cena, el cine y por el favor que me había hecho y el solo me tomo la mano y caminamos hacia el coche. El resto del camino fuimos hablando de su familia y un montón de historias maravillosas. He aquí un detalle clave él es 13 años mayor que yo así que tenía muchas más cosas que contar. Me pregunto a medio camino que porque era tan seria, a lo que le respondí que nunca he sido muy cariñosa y él me dijo con todo respeto “le vas a dar en la madre a muchos con tu actitud…como a mí”. Yo solo sonreí y deje que siguiera tomando mi casa hasta llegar a mi casa. Nos despedimos y me dice “antes de que pase algo más, tengo algo para ti” saca una bolsa y adentro tenía el regalo que me había prometido…

Ver parte 2

Join the Conversation

1 Comment

Leave a comment
Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *