Las probabilidades

Desde ese día dudo si me gusta, pero si lo digo con exactitud seria un 55% si y 45% no...

Soy una chica de 16, casi 17 años la cual nunca en su corta vida ha conseguido novio, y no es una queja mía, si no que en mi pubertad era muy tímida y cerrada en esos temas; en secundaria mis amigas solían relatarme de los chicos que les gustaban hasta el punto de también contar que ya eran novias de esos tipos. Y yo ni siquiera me imaginaba con una pareja, tenía una mentalidad a la cual hoy en día considero “ridículamente perdedora”; “tengo 13, no puedo interesarme en esas cosas, no tengo la edad y ni me siento lista ni para que me guste un chico.”

Actualmente me da pena el solo recordarme eso. Tal vez la culpa en parte sea mía por esas ideas y también por ser realista, es decir, en aquel tiempo yo no era de ser muy sociable con otras personas que no fueran amigos de mucho tiempo que conozco, aparte de que no era para nada linda, pasadita un poco de peso y mi cara no era “tierna” o “hermosa” como yo diría a las de mi edad que si desarrollaban con belleza sus miradas y yo… creo que las hormonas me odiaban.

Toda la secundaria sin experimentar las dichosas mariposas, hasta hace unos meses cuando cursaba tercer semestre de prepa. Empecé a hacerme más cercana a un chico que solo conocía de vista desde segundo de secundaria porque íbamos en él. Mismo taller de dibujo pero ni nos hablamos, solo nos veíamos y no recuerdo haber hablado con el jamás aquellos días.

Pero no me entretengo, el punto es que a ese chico curiosamente le toco en el mismo turno que a mí, en el mismo salón, la misma fila de asientos… en este último semestre (o segundo, no recuerdo bien :/) se juntó con uno de mis amigos de primer semestre y al parecer encajaban, ambos eran unos genios pero el muchacho del que hablo era más animado y hasta era cómico a su modo. Me agradaba. Nos hicimos amigos pero no muy íntimos, sin embargo tuvimos nuestros ratos de pláticas a base de risas y más.

A medio semestre empecé a sentirme extraña cuando solo pensaba su nombre, no puedo llamarlo del todo “el primer enamoramiento” porque era mínimo en mí, no es que me pusiera muy nerviosa al verlo, no, solo eran sensaciones pequeñas. Pero con él. Paso de los días lo olvide, era algo pasajero. Puede decirse que fue mi “leve cruz” ya que en esa mini época de “enamoramiento’ él se andaba buscando novia y yo no era la indicada. Tiempo después termino saliendo con una chica de primero que, muy linda por cierto, y yo no sentí celos ni nada, pero cuando salíamos temprano llegábamos a ir todos mis amigos a mi casa a relajarnos un poco y después cuando era la hora, ellos se iban; esa costumbre se hacía desde comienzos de tercero pero ahora solo mi mejor amiga y yo íbamos a mi casa, puesto a que él y mis otros dos amigos también suyos, se quedaban en la escuela a visitar los salones de primero y más el a ver a su amor platónico. Llego a incomodarme un poco pero no por la chica esa, sino porque ya no nos divertíamos tanto porque ellos preferían novia. Pero al poco tiempo me acostumbre.

Y ahora viene lo mejor, creo.

Salí este 7 de diciembre de clases; y él nos comentó que tal vez se mudaría a la capital de mi estado (no muy lejos o tal vez si, dos horas en auto… para colmo la ciudad esa era enorme) y eso nos entristeció un poco, pero él se tomó la iniciativa de despedirse como un verdadero amigo: a cada uno de nosotros nos dio una plática de cómo nos vio desde su punto de vista en esos 6 meses que nos llevamos con él. Primero fue mi mejor amiga la cual no salió con lágrimas porque yo sabía que yo lloraría, después de todo no sé si lo volvería a ver (porque dijo también que estaban en 50/50 de irse o no).
Llego mi turno. Él me dijo que había cambiado, no me dijo si para a bien o mal ya que me comento que eso lo decidiría yo. También señalo mis defectos emocionales. Yo me sentí un poco mal pues era verdad y poco a poco como iba la plática (nos apartamos a un patio de la escuela, detrás de nuestro salen de aquel semestre en que íbamos y mis otros amigos estaban lejos pues sabían que eran cosas privadas de uno y otro) y llego un punto en el que empecé a llorar porque revele varios secretos que no le había contado absolutamente a NADIE. Hasta se enteró de que nunca he tenido novio ni mi primer beso, haciéndome sentir una perdedora por dentro. Él dijo que podía darme mi primer beso si quería y yo lo pensé y dije que sí, no obstante él se negó. Dijo que no quería lastimarme y yo no dije nada más, es como si me hubiera dicho que no me gustaba el y que no era el indicado.

Y yo retome aquellos días en mi mente cuando sospechaba que me gustaba el, pero me volví a negar y creo que funciono… o no.
Después, me dijo algo que me dejó pasmada.

“Si me quedo aquí entonces haré que te enamores de mí y tú vas enamórame”

Lo que me salió de la boca en segundos fue
“¿y si no que?”

Y él dijo “te daré 160 abrazos!”

Y de un momento otro lo abrazó.

No sé cómo se lo tomo eso, si yo no me enamoraría de mi amigo o que pensaba que yo nunca lograría enamorarlo.

Pero lo abrazó. Lo abrazó fuerte como él lo hizo. Tal vez si se hubiera quitado su mochila hubiera sido más cálido (aunque si llego a quitarme el frio con sus brazos rodeándome, he he.) Y no nos dejamos de abrazar como 5 minutos después y seguimos con la plática. Yo llore como 7 veces y el también llego a tener sus ojos muy húmedos mas no derramo lágrimas, vi sus ojos llorosos pero no soltó sollozos como yo. Y a cuanto seguía la plática nos abrazábamos otras 7 veces más y aun así de cerca continuábamos revelando muchas cosas. Cabe mencionar que llore como 6 veces abrazada a él, y que dijo como dos veces que a mí me gustaba. No sabía si tomarlo como broma o en serio, ya que lo conocía bien y a veces bromeaba con eso de ‘te gusto’ y eso. Lo tome como juego (e irónicamente ahorita mismo ni se cómo interpretarlo, joder.)

Fue como una hora y media así, entre lágrimas, unas risas y muchas emociones mezcladas. Nos fuimos de ahí con nuestros compañeros (al chico que le faltaba por hablar con él dijo que se despediría mañana, iría a su casa).
Antes de salir de esa entrada, la cual depararía nuestra separación, nos tomamos unas fotos grupales y luego en parejas; entre ellas, unas tres juntos. Muy sonrientes y abrazados…

Después de una cómica sesión de fotos (haya) salimos de ahí… y yo repentinamente propuse ir a un lugar para despedirnos con una mini reunión donde hubo algo de música y platicas (no como las de hace rato, si no como las que teníamos siempre en clases) y hasta que todos nos abrazamos y lloramos. Dios mío, fue hermoso…

Y cuando ya era algo tarde (de por si salimos de la escuela desde las 5 y a las 6:30 nos fuimos a donde nos juntamos, regresamos a casa a las casi 10 de la noche…) y cuando llegue a mi casa nos volvimos a abrazar. Sentía algo de vergüenza por si mis padres o mi hermana me veían, de por si estábamos afuera de mi casa y no faltaba la vecina chismosa de enfrente viéndonos. Aun así seguí abrazándolo hasta que con dificultad nos separamos y nos dijimos adiós.

Desde ese día dudo si me gusta, pero si lo digo con exactitud seria un 55% si y 45% no.
Sin embargo, rememoro ese día de vez en cuando y sonrió por algo más que me dijo: “se feliz desde ahora, porque para mañana te arrepentirás” y yo había sido feliz por primera vez por dos cosas; darme cuenta de que tengo unos amigos verdaderos, casi mi segunda familia y de que él fue parte de haberme hecho feliz esa noche.

Y si se queda, entonces probablemente yo me enamore de él y él se enamore de mí…

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