Un hijo y nuestra falta de comunicación

Tuvimos que sentarnos a hablar para ver qué sucedía con nuestra relación.

Lo conocí un día que salí a cenar con mis compañeros de trabajo y después uno de ellos había quedado con otros amigos, entre ellos estaba él, esa noche congeniamos muy bien, bebimos, bailamos y surgió un montón de química entre nosotros.

Esa noche la verdad bebimos bastante y fue bastante locura, al final terminamos en mi casa acostándonos juntos y pasando una noche genial de risas y buen sexo. Al día siguiente, era domingo, él se quedó en casa todo el día, comimos ahí juntos y seguimos con nuestro fin de semana aventurero.

Yo me quedé bastante colgada de él, era un tío muy guapo y atractivo, me sacaba unos años y tenía mucho mundo recorrido y vivido, me contaba cosas muy interesantes y físicamente me tenía loca porque nos entendíamos a la perfección. Empezamos una historia bastante carnal principalmente porque quedábamos básicamente para tener sexo, aunque siempre nos echábamos nuestras largas conversaciones mientras cenábamos o comíamos, el motivo principal para quedar era más bien otro, cosa que a mí no me importante porque ya os digo que me volvía loca.

Un día me contó que tenía un hijo de 5 años de su anterior pareja. Me quedé un poco pillada porque no me lo esperaba y porque ya llevábamos bastante tiempo viéndonos y nunca me había dicho nada, ni una mención a él ni nada, por un lado me quedé chafada de que no lo hubiera dicho antes y por otro era esa sensación de pppffff… ¿¿Un hijo?? Tampoco es que fuésemos novios para que eso pudiera llegar a agobiarme, pero tampoco sabía qué tipo de relación estábamos diciendo como para que me estuviera importando, bueno, que de repente se me cruzó un poco el cable y me agobié bastante.

No reaccioné como él esperaba y aunque no le dije nada mi cara debió ser un poema y él entendió que no me hacía mucha gracia, y encima le sentó mal que a mí me sentara así y estuvimos unos días de lo más distantes, sin quedar ni apenas hablar, yo no entendía que él se mosqueara ni él entendía que yo me mosqueara porque el verdadero problema que teníamos es que nunca habíamos hablado de nosotros, de qué éramos, de qué queríamos ser.

Yo lo pensaba cuando estaba sola y no me veía teniendo una relación seria con alguien con un hijo. Me agobié mucho y se me hizo una bola grande todo, hasta que un día él me llamó y dijo que quería hablar conmigo, nos sentamos y hablamos, horas y horas, y lo aclaramos todo, si es que el problema es que hablábamos poco… Él me tranquilizó y me dejó claro que no quería una madre para su hijo, que yo no tenía que involucrarme nada en ese tema y que nosotros éramos una cosa y el crío otra, que no debía sentirme agobiada y que él quería estar conmigo, que al verme a mí mal por ese tema se dio cuenta de que verdaderamente le importaba y que no quería que nada lo estropease, que por supuesto debía entender y aceptar que su hijo era lo primero para él pero que no tenía obligación ninguna con nada.

Nuestra conversación me alivió mucho, mucho. Yo también me había dado cuenta de que quería estar con él, me había enamorado, y creo que por eso estaba tan contrariada con ese tema, pero cuando hablamos me quedé mucho más tranquila. Empezamos a salir en serio, después de tanto tiempo ya quedando, nos convertimos en una feliz pareja que lleva ya tres años muy unida. Por supuesto, su hijo es maravilloso y yo soy la persona más feliz del mundo cada vez que podemos estar los tres, porque él es parte de mi pareja, y mi pareja es lo más importante para mí.

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1 Comment

  1. says: moni

    que bonito, eres una buena madrastra por que lamentablemente hay mujeres que son mas brujas con los críos de los demás esas si se merecen lo peor. TE FELICITO….

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