Comodín

Miro hacia atrás y después de trece años de amistad se declaró. Mi mejor amigo desde los cinco años, la persona de más importancia en mi vida, siempre amigos, hermanos, confidentes, etc. Lamentablemente yo de muy niña me enamoré de él, las humillaciones fueron muchas, después de todo él, un macho alfa, nunca se fijaría en alguien como yo.

Cansada de sus burlas y de un corazón roto cambié, mi peso se redujo, el busto y el trasero me crecieron y mi cuerpo dejó ver las curvas que siempre tuve pero nunca lucí, mi amigo seguía sin notarme o eso era lo que yo creía. Desdichada y orgullosa me alejé de él, sabía que él nunca me vería como algo más que su mejor amiga, era consciente de que mis amigos me decían que lo olvidara, que no era para mí, pero terca como siempre me dije a mí misma que no era el momento, que él se merecía algo mejor.

Pasó un año y no supe nada de él, pero no pude más, nunca fui rencorosa y menos con él, así que nuevamente lo busqué, para mi sorpresa había otra, una niña menor en cinco años, con cara de ángel pero camuflaba muy bien a la bruja que es, la relación de ellos estaba mal y mi amigo lo estaba pasando muy mal, la niña estuvo a punto de meterlo preso por una falsa acusación, el papá de la niña casi lo mata y como siempre yo estuve ahí…

Unos meses después él se me declaró para cumplir mi sueño, por fin era feliz, tenía al hombre que siempre había amado ahí conmigo, pero la felicidad no duró más de seis meses, sin motivo me dijo que era una cualquiera, que no me amaba, que era lo peor de su vida… Sin llorar comencé a cuestionarme y justo cuando estaba olvidando volvió a aparecer diciendo que lo hizo para protegerme y yo estoy aquí sin corazón, sin dignidad y hecha un trapo sabiendo que en su vida fui el comodín para sus problemas.