Amor playero
porHacía una mañana super buena y nos fuimos a una terraza que había en el paseo, desayunamos como marqueses.
Hacía una mañana super buena y nos fuimos a una terraza que había en el paseo, desayunamos como marqueses.
El ritual de los martes se repetía semana tras semana y fuimos añadiendo, también, visitas a la habitación de mi abuela.
Me gustaban sus ojos y su forma de moverse, me parecía una mujer preciosa y llena de energía.