El amor que vino y se fue

Me ilusioné con él pues nuestra relación era súper bonita...

Todo comenzó en una fiesta de mi mejor amiga, llegué a su fiesta súper alegre, soy una persona alegre pero no conforme por mi cuerpo y hasta ahora siento que nadie me puede querer. Llegué a la fiesta de mi mejor amiga, estábamos todos muy contentos bailando, tomando unas copas de vino, todo muy bien en la fiesta cuando mi amiga se acerca y me presenta a su primo David, en ese momento volteé y le contesté con hola mucho gusto y yo muy insegura  y rápido quise salir huyendo, no quise empezar una platica con él y en ese momento le dije el primer pretexto que se me vino  a la cabeza y me fui con otros amigos de la fiesta.

Como fue pasando el tiempo yo seguía viendo a mi amiga normalmente  y se me fue olvidando aquel momento donde mi mejor amiga me había presentado a su primo David. Meses después David me agregó a mi pagina social, ahí surgimos una platica súper bonita, me encantaba hablar con él. Un día decidió invitarme a tomarme un café, me hizo sentir la mujer más bonita del mundo, segura de mí misma y accedí a tomar ese café.

Esa tarde el tiempo se nos fue entre risas, miradas, comencé a ilusionarme con que un día me pidiera ser su novia, cada ida que pasaba esperaba ese momento, uno de esos días cuando solíamos  hablar por nuestras páginas sociales me preguntó qué pensaba de él y qué que esperaba que surgiera entre los dos, en ese momento mi sonrisa se hizo de oreja a oreja, súper nerviosa, feliz, todo sentía en ese momento.

Pero la sonrisa terminó cuando me dijo que él  no quería una relación seria en ese momento, que si podíamos ser amigos con derechos, que si aceptaba vernos de vez en cuando para tener intimidad y que cuando nos aburriéramos pues que cada quien tomara su camino y borrón y cuenta nueva. Mi corazón dejó de latir y mi respuesta solo fue un OK. Otro día  decidí bloquearlo de mi página social  porque no quería volver a saber nada de su propuesta, no me interesó en lo absoluto y continué con mi vida. Mi amiga y yo nos seguimos mirando sin hablar del tema, todo olvidado, pero en mi corazón aún quedaba algo.

Pasó mucho tiempo, mi hermano mayor que vive en Texas nos dio la sorpresa de venir a visitarnos en San Diego y decidimos ir a comer para festejar su llegada. Estábamos compartiendo un momento agradable día con mi familia cuando veo que él que me traía mi platillo, era David, volteé a mirarlo,  me quedé en shock y me puse súper nerviosa, nos miramos uno al otro y solo nos dijimos un hola y agaché la mirada, ya no quise comer ,me puse de mil colores y rato después que salimos del restaurante me estaba esperando y me dijo: ¿tienes tiempo? y yo sí, hola cómo estás, como si nada hubiera pasado, me dijo que estaba muy apenado que no sabía lo que me dijo aquel día, que lo disculpara, que quería hablar conmigo que si íbamos a tomar un café.

Yo no tenía ningún rencor y le dije que sí, le dije háblame, y le di mi número de teléfono, yo pensé que jamás me llamaría pero esa misma noche me marcó y comenzamos a hablar  muchas horas y comencé a sentirme cómoda con él otra vez. Con el tiempo aquel asunto quedó olvidado, le volví a dar una oportunidad para seguirnos conociendo y  sperar que nos tenía el destino preparado para los dos.

Seguimos saliendo, pasándola muy bien y él nunca me volvió a insinuar nada de tener intimidad ni nada, éramos muy buenos amigos. Un 17 de julio de 2013 salimos a comer pizza, nuestra comida favorita, y me pidió que fuera su novia, que quería las cosas en serio conmigo, claro que le dije que sí, pues era el momento que más había anhelado en el mundo porque siempre lo quise.

Me ilusioné con él pues nuestra relación era súper bonita y un cumpleaños mío de ese año decidí hacer el amor con él, me sentía en las nubes. Al tiempo me pidió casarme con él, todo era maravilloso pues me iba a casar con la persona que amaba.

En los preparativos de nuestra boda me pidió que todo fuera muy sencillo porque se quedó sin trabajo y que no tenía mucho dinero pero que no quería esperar más porque me amaba y ya quería estar conmigo para toda la vida.

Yo súper ilusionada comencé a hacer lo que me pedía y sin darme cuenta  de tanto que lo amaba yo hacía todo lo que él me pedía. Nos casamos y me dijo que tuvo problemas con sus papeles, que su visa para cruzar a los Estados Unidos se la habían cancelado, yo le dije no hay problema yo te puedo emigrar, ya estamos casados y queremos estar juntos. Le miré su cara de felicidad y eso me hizo sentir buena mujer y esposa.

A los seis meses lo emigré pero para que fuera válida temíamos que durar tres años juntos, los años pasaron y cuando ya quedó confirmada su emigración a los meses me dijo que ya no sentía lo mismo por mí, que ya esto no estaba funcionando, que yo me merecía algo mejor y que quería el divorcio. Todo eso fue una sorpresa para mí pues era rara las veces que discutíamos y en ese momento no lo aceptaba. Le rogué, me humillé para que no se fuera pero él se fue sin importarle lo que teníamos, lo que habíamos vivido y entendí por qué era ese apuro de casarnos.

Ahora él vive con su pareja actual y yo continúo con mi vida, trabajo, amigos y sin pareja, hasta ahora tengo en mi mente no volverme a enamorar y si lo hago no entregarme todo por completo.

Join the Conversation

2 Comments

Leave a comment
Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *