La historia de mi mejor amigo

Sólo tres semanas y lo veo, me repito cada día.

Desde mi infancia he tenido dos amigos que han sido inseparables para mí, Pablo y Mauricio.

Siempre los había visto como hermanos, venían a comer a mi casa, nos quedábamos dormimos viendo películas, salíamos a bailar, íbamos por cafés, pero siempre juntos; aunque a decir verdad mi amistad con Pablo siempre había logrado ser más profunda, cada que tenía un problema le hablaba llorando y contaba todo aquello que me lastimaba.

Por el otro lado, con Mau mi amistad me había enfriado a tal punto que pasaron años y dejé de verlo … Aunque existiera comunicación, íbamos perdiendo noción de quien éramos.

Hasta que hace una semana Mau vino a visitarme, los primeros días fueron normales. Platicábamos de pequeñas cosas, nos reíamos y veíamos películas como siempre había sido… Hasta que un miércoles en la noche subió para ver la televisión y me tenía abrazada de tal forma que me cortaba el aliento, mi corazón estaba disparado y no podía evitar sonrojarme al verlo, me encantaba sentir su mano apoyada en la mía mientras con la otra mano me jalaba más hacia Él. -Si me besas no podré resistirme- aunque aquella noche no ocurrió más… Nos abrazamos y fuimos a dormir.

Después de aquello me encontraba inquieta viéndolo desde otra perspectiva, ya casi se regresa a su ciudad, me repetía, debo evitar que pase algo porque nuestra amistad se afectará… Pero esto no fue suficiente, después de dos días bajé a la cocina y se encontraba ahí, me atrajo hacia él, sus brazos me rodearon y comenzó a susurrarme al oído cuánto me iba a extrañar, – te extrañaré yo a ti- dije con una voz débil, comenzó a besarme en el pelo, la mejilla, cada centímetro de mi rostro y yo tenía tanto miedo de alzar mi cabeza por temor a encontrar sus labios.

Sus labios me encontraron a mí, suavemente comencé a sentir sus besos los cuales comenzaron a subir de intensidad para sólo soltarme y decirme – te adoro- , siempre te he adorado … Su cuerpo temblaba, mi corazón latía.

Y aunque vivamos en ciudades distintas, él me pidió no renunciar a esto… Se encuentra dispuesto a viajar para venir a verme. Sólo tres semanas y lo veo, me repito cada día.

Join the Conversation

4 Comments

Leave a comment
Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *